Ver el amanecer

Los beneficios de ver el amanecer

Ver el amanecer es un hábito imprescindible para la salud. Ver consistentemente el amanecer es la mejor manera de sostener la salud. Siempre decimos que es gratis, pero esto no es cierto. Uno tiene que pagar el precio de la disciplina. No importa que haga Sol o llueva; la luz del amanecer trae demasiados beneficios:

1. El primero de ellos es la sincronización de los ritmos circadianos. 
2. El segundo es que es una terapia de luz roja e infrarroja para producir agua y ATP en las mitocondrias, y además es la luz que estructura el agua del cuerpo. 
3. El tercero consiste en preparar la piel para recibir el ultravioleta del mediodía y así poder descargar la máxima información del Sol.

Los genes reloj se sitúan delante del resto de los genes. Tú puedes infringir muchas leyes humanas, pero no quieres interferir en los genes que regulan toda tu biología. La proporción de rojo/azul es de 3:1 al amanecer y atardecer, y de 1:1 al mediodía. La protección que nos aporta el infrarrojo es duradera (al menos 24h) y acumulativa.

La luz roja mejora la eficiencia del transporte de electrones por la CTE, aumentando la producción de agua y de melatonina y disminuyendo la cantidad de ROS. Cuando esa eficiencia baja, se producen ROS, puesto que el oxígeno es el aceptor final de los electrones para hacer agua. Si esos electrones van pasando de una proteína a otra y el transporte no es efectivo, se generan radicales libres con el oxígeno. Los ROS son necesarios y saludables en su justa medida, pero un problema en grandes cantidades. Cuando sales fuera al amanecer y pasas la mayor parte del tiempo en el exterior, se produce la cantidad necesaria de ROS. Sin embargo, la cantidad de luz roja e infrarroja que nos llega cuando estamos en interiores es cero.

La importancia de estar fuera aunque no se vea el Sol

Es importante estar fuera al amanecer. Esto incluye los días nublados y lluviosos. Asimismo, no es necesario ver el Sol, sino estar fuera cuando sale. No importa si tenemos, por ejemplo, montañas alrededor que lo tapan y que hacen que tardemos tiempo en verlo, lo importante es estar fuera en ese momento. Si bien no es necesario ver el Sol, los ritmos circadianos se sincronizan mejor cuando practicamos skygazing, es decir, cuando miramos a una parte brillante del cielo (no directamente al Sol).

Radicales ancestrales

Esto es lo más importante, y nadie te lo cuenta. Ver consistentemente el amanecer requiere que seas radical ancestral (como nos llamaron a nosotros en un podcasts). Solo un loco se levanta a ver amanecer para hidratar sus células, estructurar ese agua para convertirla en un potente antioxidante y producir kilos de ATP sin oposición. Para que sus células puedan decir la hora. En el mundo moderno no valen medias tintas. Sí, somos orgullosamente radicales ancestrales. Nuestro ADN es un reflejo del ambiente de luz bajo el que vivimos. Muchos hablan de la comida, pero es la luz bajo la que vivimos la que va a determinar el destino de nuestros nutrientes. Muchos hablan del ejercicio, pero es la luz bajo la que vivimos la que va a determinar si el ejercicio nos servirá para destruirnos a nivel hormonal, mitocondrial, a nivel de agua metabólica o, por el contrario, supondrá algo positivo en nuestras vidas.

A tus mitocondrias no les importan nuestras opiniones, sino el ambiente de luz bajo el que vives. A tu tejido conectivo, la matriz viviente que conecta y comunica todo en tu cuerpo, no le interesa las opiniones que tengas, pues depende de que hagas tierra descalzo y te conectes al voltaje natural del Sol y del planeta. Lo que para algunos es ser radical ancestral, para nosotros es respetar el Universo celular que nos habita y que depende de nuestras buenas o malas decisiones.

Esto es lo que no comprenden los cuenta calorías, los paleo, los carnívoros o los veganos del mundo. Esto es lo que vamos a estar enseñando en la Comunidad STRO. Regístrate ahí para leer los artículos, los foros y ver los webinarios. Vamos a poner patas arriba la plataforma. Te volará la cabeza.