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PARTE 3
El contexto histórico del ensayo clínico ‘The lipid research clinics coronary primary prevention trial results (LRC-CPPT)’
El contexto es importante. Este ensayo clínico produjo cambios profundos para la salud de nuestra especie, a nuestro juicio devastadores, en lo que se refiere a las políticas de recomendación alimenticia para la población mundial. Se trata del tristemente archifamoso LRC–CPPT (ref 1). Podríamos exponer simplemente los datos extraídos del estudio. El lector vería que no significan nada. Que aquí no hay ninguna prueba en contra del colesterol. Se daría cuenta del engaño y podría utilizarlo incluso en la defensa de esta molécula vital para nuestro diseño. ¿Cómo es posible que un estudio ampliamente citado por el Dogma para atacar al colesterol, podamos usarlo nosotros para defenderlo?
Pero queremos dejar huella. Exponer el fraude. Y para ello, es necesario situar el contexto histórico. Conocer a los personajes, a los protagonistas de este episodio turbio de la historia de la humanidad. De lo contrario, pudiera ser que ciertas personas que desean mantener su posición, la gallina de los huevos de oro, trataran de subestimar las conclusiones extraídas acerca de este muy relevante ensayo clínico. Ya lo han hecho antes: en las dos primeras entradas de blog de esta serie, hemos hablado del que denominamos “la madre de todos los estudios en contra del colesterol”. En ese estudio, cuya lista de conflictos de interés mostramos (y era interminable), los autores menosprecian el gran trabajo realizado por personas como Uffe Ravnskof, David Diamond, Aseem Malhotra, Malcolm Kendrick y otros. Lo hacen en la propia introducción:
‘La mayoría de las publicaciones que cuestionan el efecto causal del colesterol LDL en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular, tienden a citar evidencia de estudios individuales o de un pequeño grupo de estudios muy seleccionados, a menudo sin una síntesis cuantitativa de la evidencia presentada’ (ref 2).
Siguiendo su absurdo ejemplo, otros también podrían criticar que nosotros estemos cuestionando que el colesterol sea el causante de enfermedades cardiovasculares, citando este y otros estudios similares. Prestemos atención a estas palabras: ‘Tienden a citar evidencia de estudios individuales o de un pequeño grupo de estudios muy seleccionados’, critican. En cambio, ellos, fuertemente financiados por la industria farmacéutica y por la industria de productos altamente procesados, incluyeron más estudios, algunos de ellos totalmente irrelevantes, para enmascarar su mentira. Exhiben músculo, pero no nos engañan.
Esta publicación de Ravnskov, Diamond, Malhotra, Kendrick y otros, que critican los científicos que reciben honorarios de la Big Pharma y de la Big Food, tiene como título, traducido al español:
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Al habla Pepe (el mismo de Instagram) con 5º de Medicina aprobado y preparándome para 6º :D.
Estoy analizando estos artículos tomando notas y masticándolos muy poco a poco para entenderlos y la verdad es que los datos son los que son.
Gracias por este trabajo, independientemente de que se esté de acuerdo o no con algunos aspectos, el espoleo de la mentalidad crítica y del análisis minucioso de los datos que hacéis favorece un debate muy saludable. Además, si no fuera por vosotros, hechos como los que explicáis aquí no llegarían a gente como yo, por ejemplo. La verdad es que los artículos científicos y la literatura científica a veces parece que estén pensados para ser farragosos y no entender nada…(desde mi falta de experiencia)
Tenéis toda mi admiración. Seguid así, por favor.
¡Muy buenas Pepe! Muchas gracias por tu mensaje. Lo cierto es que los datos son los que son, como bien dices. Basil Rifkind y su estudio influyeron de manera determinante en lo que sucedió después. En la práctica clínica y en lo que se enseña en las Universidades. Muchos siguen pensando que las farmacéuticas quieren lo mejor para nosotros. Lo cierto es que no. La realidad es bien diferente. Gracias de nuevo 🙂
Muy buen artículo que aporta luz sobre los errores de la inmensa mayoría de los estudios «científicos». Yo hace tiempo que dejé de prestar atención a todo lo que empieza con «un reciente estudio científico dice que…»
Sin conocerlo sospecho que el estudio que vincula cancer con consumo de carnes rojas también se basa en porcentajes relativos.
Aprovecho para felicitaros por la labor divulgativa que hacéis. Tengo vuestro libro desde hace un par de días y me está encantando.
Muchas gracias Santiago. Efectivamente, todos los estudios que vinculan riesgo de algo con la carne o con las grasas saturadas, colesterol, etcétera, son todos epidemiológicos con unso de números relativos. Un desastre. Hablaremos de algunos.